Siempre valoramos a los grandes jugadores por las canastas que meten, las asistencias que dan y los rebotes que cogen, es decir por la estadística. Sin embargo hay cosas que los números no son capaces de valorar. Esas cosas son las que hacen a un jugador fundamental, que de ser bueno pase a ser extraordinario, y uno de esos valores más importantes es sin duda el espíritu defensivo. Si se tiene se consigue la técnica, pero si no se tiene es imposible de inculcar por parte de un entrenador.
Veamos a un gran jugador realizando una gran defensa.
Al final la defensa acaba siendo un 1% inspiración y 99% transpiración.
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