miércoles, 22 de febrero de 2012

BLOQUEOS DIRECTOS

MOSES MALONE

Moses Eugene Malone (nacido el 23 de marzo de 1955 en Petersburg, Virginia) es un antiguo jugador de baloncesto profesional que actuó tanto en la NBA como en la ABA. Malone jugó 21 temporadas en la NBA. Antes de retirarse del baloncesto, fue el último participante de la ABA en jugar en la NBA Instituto y ABA Malone se graduó en el instituto de Petersburg, y de allí dio directamente el salto a la ABA, siendo elegido por Utah Stars en 1974, tras firmar una carta de intención para jugar en la Universidad de Maryland. Fue el primer jugador de baloncesto en saltar del instituto a una liga profesional. En dos temporadas en la ABA, Malone promedió 17.2 puntos y 13.9 rebotes por partido. Jugó con Utah Stars y Spirits of St. Louis. [editar] Carrera NBA Tras la fusión de la ABA con la NBA, Malone se convirtió en jugador de Buffalo Braves, tras ser seleccionado por Portland Trail Blazers en el draft de dispersión de la ABA pero traspasado a los Braves tras ello. Después de un corto período allí, fue enviado a Houston Rockets. En esta franquicia causó un impacto inmediato, ayudándola a convertirse en una de las más respetadas de la liga tras disputar las finales de la NBA en 1981, donde perdieron en seis partidos contra los Celtics de Larry Bird. Malone había sido nombrado MVP de la temporada en la 1979. [editar] Salvador de los 76ers Tras promediar 31 puntos por partido en la temporada 1981-82, fue nombrado de nuevo MVP. Sin embargo, en verano fue traspasado a Philadelphia 76ers. Allí compartió vestuario con Julius Erving, Maurice Cheeks y Bobby Jones, entre otros, y participó en el único anillo ganado por la franquicia, en 1983, ante los Lakers de Magic Johnson. Dos años antes, los 76ers perdieron ante los Lakers en las finales, y como el entrenador Billy Cunningham dijo: "La diferencia a partir del año pasado era Moses". Malone fue también nombrado MVP de las Finales. Antes de que los playoffs de 1983 dieran comienzo, Malone hizo la famosa predicción caracterizada por la frase "fo 'fo' fo '" ("four, four, four"), aventurando que los Sixers barrerían en todas las eliminatorias. Sin embargo, Milwaukee Bucks fue el único equipo que consiguió vencerle un partido, en las Finales de Conferencia. Hoy en día, el 12-1 de Philadelphia 76ers en aquellos playoffs sigue siendo una de las marcas más dominantes en unos playoffs (los Lakers de 2001 consiguieron un 15-1 en el formato ampliado de cuatro rondas de playoffs). [editar] Años post-campeón Antes de comenzar la temporada 1986-87, Malone fue traspasado a Washington Bullets, no sin antes jugar una temporada junto con el legendario Charles Barkley. Durante las dos temporadas que Malone estuvo jugando con el equipo capitalino, éstos llegaron a los playoffs. Las dos temporadas siguientes las jugaría en Atlanta junto con la estrella Dominique Wilkins y el carismático Spud Webb, en un equipo entrenado por Mike Fratello. A partir de la temporada 1990-91 hasta el verano de 1993, Milwaukee Bucks fue el equipo de Moses Malone. Durante un corto período, volvió a vestir la camiseta de los 76ers, jugando con Manute Bol en la que sería una temporada plagada de lesiones, la 1993-94. En 1994 fue enviado a los Spurs de David Robinson. La 1994-95 fue su última temporada en la NBA. Durante el último partido de su carrera, que le enfrentó con Charlotte Hornets, anotó un triple en la bocina desde la línea de tiros libres del campo contrario, siendo éste su octavo tiro de tres anotado en su extensa carrera. Tan solo jugó 17 partidos con San Antonio, todos ellos en noviembre y diciembre de 1994. Malone llevó varios dorsales diferentes en toda su carrera, el #2 con los Sixers, Hawks y Spurs, #4 con los Bullets, #6 con los Bucks, #13 con los Spirits, #22 con los Stars y #24 con los Rockets.

lunes, 20 de febrero de 2012

SALVANDO EL BALONCESTO

Leyendo hoy el facebook de Willy Tisaire, señalaba este artículo de Vicente Salaner. Yo llevo tiempo diciendo que me encanta la propuesta baloncestística de Pablo Laso en el Madrid, y desde luego no peco precisamente de madridista, ni de barcelonista claro está. Pero sí, es el baloncesto que siempre me ha gustado y Rubén por ejemplo os lo puede confirmar. Os copio este magnífico artículo.

VICENTE SALANER

En el mundo del vino, el gurú Robert Parker cambió el estilo tradicional hacia tintos más oscuros, potentes, con mucho roble. La iconoclasta escritora neoyorquina Alice Feiring lideró la batalla por el regreso a las esencias, a los vinos más naturales y amables, con un libro titulado Cómo salvé al mundo de la parkerización.

¿Podrá un día jactarse Pablo Laso de haber salvado al baloncesto de la maljkovización, del estilo lento y machacón -baloncesto-control según unos, tostón-bol según el periodista Martín Tello- que el técnico Boza Maljkovic impuso en Europa en los años 90? Sí, éste obtuvo muchos títulos, pero aburriendo cada día más al gran público, a los aficionados que buscan dinamismo, velocidad y espectáculo en el deporte colectivo más dinámico, veloz y espectacular que se ha inventado. Es quizá pronto para asegurar que ya está conseguido, pero en el Palau Sant Jordi ha empezado el gran retorno. Se tambalean las verdades teologales del tostón.

Decía uno en broma antes de la final que, de ganarla, el Real Madrid habría de hacer ofrenda de la Copa no sólo a la virgen de la Almudena, sino a las de Fátima y Lourdes. Tan grande ha sido el dominio del Barça en las últimas temporadas. Mientras, el Madrid se debatía en crisis constantes e iniciaba este curso, en el que ha sufrido varias derrotas de las que escuecen, con entrenador nuevo e inexperto y plantilla de mucho potencial ofensivo pero blanda, por físico y por actitud, en defensa.

Pues bien, al final no han hecho falta milagros, sino una fórmula que Laso se guardaba: seguir atacando de manera fulgurante, como el Madrid, pero defender con la concentración, dureza y coordinación del Barcelona.

Es, claro está, una fórmula casi imbatible. Los exégetas del baloncesto-control, como el comentarista de TVE Rafa Vecina, se aferran a ese dicho insulso según el cual «los ataques ganan partidos, pero las defensas ganan títulos», cuando no hay dicotomía alguna: como los más grandes campeones de la NBA o la mejor selección de España han demostrado ampliamente, lo mejor es construir un ataque ultrarrápido a partir de una defensa intransigente. Ésa fue la esencia de los Boston Celtics históricos, del Real Madrid de Pedro Ferrándiz y de Lolo Sainz.

Lo difícil, lo que parecía sobrehumano (y de hecho resultó imposible contra el Gescrap, el Estudiantes, el Montepaschi, no olvidemos...), era que este Madrid inconstante, que va de lo explosivo a lo apático, lo lograse en una final ante el Barça.

Pero este Barça muestra algún signo de desgaste. Y Laso resolvió el problema, por una parte, reduciendo significativamente los minutos de sus defensores más endebles (Ante Tomic 13, Sergio Rodríguez 7); por otra, castigando sin cesar en el poste bajo durante la primera parte y, cuando el Barcelona se puso al fin duro atrás en la segunda, y amenazaba recuperación con Juan Carlos Navarro y Erazem Lorbek, golpeando desde fuera con el inspirado Jaycee Carroll. Pese a la enorme diferencia en tiros libres (30-9 para el Barça), no hubo color.

Vuelve el baloncesto.

martes, 14 de febrero de 2012